domingo, 30 de agosto de 2015

Comunidad Internacional


 No existe un problema de inmigración ilegal masiva en Europa. 

 Existe un problema de conflictos en Oriente Medio sin resolver. Existe un problema de gobiernos incompetentes en política exterior – ni mencionar en política interna -. Existe todavía una Guerra Fría, subrepticia a la opinión pública y presente en las votaciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Existe el problema de contar con un Ministro de Asuntos Exteriores que apela al “efecto llamada” como una de las principales causas de la llegada de miles de refugiados a Europa.

Cuando todos estos problemas sean solventados, ya no tendremos que ver cómo ancianos, jóvenes, padres e hijos luchan por una plaza en un tren para terminar en un campo de refugiados a miles de kilómetros de su tierra.

 Ya he visto varios medios que se atreven a lanzar analogías de los trenes que salen de Grecia o Macedonia saturados de sirios, afganos o sudaneses con los trenes que se dirigían a Auschwitz. Dejémonos de zafio sensacionalismo y seamos serios, señores. Basta ya de dedicar portadas de prensa y abrir los informativos con el terrorismo islámico en Europa para luego dedicarle medio minuto a un conflicto que se ha cobrado más de 200.000 muertos y que cuenta con una crisis de refugiados peor que la de Ruanda a mediados de los años noventa, según las Naciones Unidas. Basta ya de organizar marchas multitudinarias tras la muerte de doce europeos si olvidaremos a los dos días los 132 escolares asesinados en un atentado en Pakistán. 


  Al fin y al cabo no os reprocho nada, todo el mundo sabe que la vida de un europeo vale mucho más que la de cualquier extranjero. Pero al menos, la próxima vez que oigáis el término comunidad internacional, soltad una carcajada; los analfabetos del 'no a la guerra', en cambio, supongo que agacharán la cabeza y las orejas de asno e irán a masturbarse pensando en aquello de la paz mundial.